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Mostrando entradas de febrero, 2012

¿Hasta cuándo tantas muertes?

La vida humana es el valor supremo. Sin ella todos los demás son superfluos. Sin embargo el interés por el lucro es mucho más valorado en la República Argentina. Citando a Mafalda "nadie amasa fortuna sin hacer harina a los demás". La tragedia ferroviaria que ocurrió el 22 de Febrero en la Estación de Once en la Capital Federal es un claro ejemplo de ello. ¿Hasta cuándo? Las autoridades competentes, los responsables de los controles, los empresarios desde luego, deben responder por estas 51 muertes y por estos 740 heridos. Deben además responder por las condiciones imfrahumanas en que viaja nuestra gente: trabajadores, estudiantes, gente común. Gente de a pie, como dice el gaucho, que debe tomar el tren para ir a trabajar, a estudiar o a realizar un trámite. ¡Basta de declamar, basta de derivar responsabilidades en los otros! ¿Este es el país que tendría el TREN BALA? ¿Los vagones de dos pisos con aire acondicionado? ¡Basta de mentiras! Las formaciones son de los años sesenta

El Hilo. Cuento. Última Entrada

El Hilo. Cuento. Última Entrada. Fue una tarde en un arbolito achaparrado de 3 o 4 metros de altura, de hojas como pequeñas peinetas verde grisáceo, que florece con unos pequeños capullos amarillos y que aquí llaman espinillos o aromos donde me pareció ver al bigovino. Un bigovino igual a los que en aquella lejana mañana de Buenos Aire liberé inconscientemente. Me acerqué sigiloso pero cuando lo hice el pájaro había desaparecido. Varias veces con las primeras luces del alba me pareció escuchar a lo lejos en la foresta espinosa y tupida el gorjeo   alegre. Quizás aquí perdidos entre tanta selva crezcan algunos champiules de fruto carnoso.   Cuando encierro yeguarizos o vacunos cimarrones en largas jornadas de marcha, trato de reconocer entre aromos y algarrobos, talas y aguaribays, timbúes y sauces algún champiul. Lo más parecido es el tala que fructifica con un pequeña baya amarilla y dulce. Creo que los bigovinos me siguieron en mi viaje río arriba y como yo se aquerenciaron. Des