Némesis. Novela Inédita.

Les dejo otro fragmento....






Bataglia soñaba con un café mediano ya antes de salir de la clase de Neumo,  trató de recordar cuantos pesos llevaba en el fondo de su bolsillo para ver la posibilidad de comerse una medialuna. Estas monedas le parecieron escasas, de lo contrario debería volverse a pie hasta la pensión, y definitivamente deseaba evitarlo hoy. A veces lo hacía con gusto, es bueno de vez en cuando estirar las piernas, pero solo cuando se tiene ganas o no hay más remedio. Su estómago sin embargo le reclamaba otra actitud, podría gastar hoy a cuenta del viaje de mañana, bueno eso ya lo vería, sobre la marcha. Caminó por el pasillo techado del hospital junto a Marisol y Cabral, cruzaron Urquiza hacia el viejo bar de la esquina, la avenida Francia soleada se extendía hacia el barrio Pichincha.  Ocuparon una mesa desocupada sobre la vidriera que daba frente al hospital, por Urquiza, también existen mesas sobre las vidrieras que dan a Francia pero estaban todas ocupadas, incluso en otras oportunidades más cerca de fin de año, cuando se están tomando exámenes, los dueños sacan algunas mesas a la vereda, bajo la sombra de las tipas. Cuando Bataglia recibió su café lo endulzó con varios sobres de azúcar. Así me subirá la glucemia pensó, y no tendría que gastar sus preciadas monedas.  Conversaron un rato largo sobre el tema de la clase a la que habían asistido, costumbre muy arraigada entre los estudiantes, que permanecen enganchados con los teóricos. Marisol como siempre se veía nerviosa, la proximidad de los finales incrementaba su ansiedad crónica. Cabral en cambio, como estudiante veterano, siempre peinado con fijador, bien afeitado y seguro de si mismo, ya tenía el aspecto de un médico aunque recién estuviera cursando materias de cuarto año.  Trabajaba como telefonista en un servicio de emergencia, era su costumbre quejarse de Damonte, un abogado que era su jefe y que al parecer tenía por costumbre maltratar a las personas bajo su mando. Pero Cabral hoy estaba muy tranquilo ni se acordó del avenegra. Había pergeñado un sistema infalible para aprobar medicina interna, consistente en una especie de encuesta a realizarse con quienes habían rendido en los últimos tres turnos. Explicó con detalle, que de esa forma podía reducirse lo que era necesario estudiar a fondo a no más de un veintidós por ciento de la materia y otro veinte por ciento en forma somera. Cabral estaba convencido que el otro cincuenta y ocho por ciento no era necesario ni siquiera leerlo. Afirmaba las bondades de su método con un convencimiento propio de un pastor iluminado por una revelación divina.  No solo profesaba su fe sino que ejercía un proselitismo casi fanático.
-¿Pero esa encuesta no te llevará más tiempo que el que te insumiría  estudiar todo?- preguntó Bataglia mientras terminaba su café hiper endulzado.
-Y un tiempo te lleva… lógico- contestó Cabral.
-¿Cómo podés saber con exactitud quienes rindieron en los últimos tres turnos? Y donde encontrarlos además.
-Eso es algo sencillo tengo conocidos en alumnado, fotocopiamos las actas y chau. Nada complicado cuando conocés las personas adecuadas. Siempre son más importantes los contactos, que cualquier currículum vitae, acordate de eso pendejo, siempre acordate.
-Claro, tenés razón- terció Marisol, mirándolo con sus  grandes ojos y acomodando mecánicamente su bolso sobre las piernas como si temiese que alguien se lo robara, era una de sus actitudes repetitivas. Así como otros se comen las uñas o se acomodan el pelo, ella manipulaba su bolso, con las palmas de las manos hacia abajo o  hacia un lado o el otro como si se tratara de una masa de arcilla a la que quería dar forma.
- Por supuesto que tengo razón-contestó Cabral satisfecho, de tener una seguidora para su teoría- es solo el estudio de las probabilidades. La idea la tuve un día que el profesor Altamirano, en primer año, en anatomía para ser más preciso, a todos les había preguntado por el trayecto inguinal. ¡A todos! Pero solo pude perfeccionarlo ahora, noches enteras estuve pensando como hacerlo. Y de repente encontré la forma. Una encuesta. ¿Cómo se obtiene la información para cualquier estudio? Sobre lo que sea, parasitosis, desnutrición, número de consultas al departamento de masturbología, cualquier cosa, ¡Con encuestas!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Otros versos de Yelda Cresta para compartir

Interpretaciones

reflexiones sobre el progresismo