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Mostrando entradas de junio, 2009

El individualismo exacerbado.

De todos los males que el neoliberalismo ocasionó a nuestro país y a toda américa latina. La excerbación del individualismo y la perdida de noción de solidaridad es la más grave. Los obscenos indices de pobreza y desigualdad que se ocasionaron en nuestro país y en toda la región de alguna forma son reversibles. O quizás más correctamente pasibles de ser revertidos a través de políticas adecuadas y una más justa distribución de la riqueza. Pero aquí es donde empieza a tallar el "individualismo feroz" en que cayó nuestra sociedad. Tenemos toda una generación que creció mamando el consumismo exacerbado y el salvese quien pueda. Y estos son (de alguna forma somos tambien)los electores de los modelos a seguir. Nos vemos diariamente bombardeados por la propaganda política que nos vende "candidatos" pero ninguna idea. Claro los candidatos son emergentes de esta sociedad individualista y salvaje, ni siquiera ellos tienen ( y es muy difícil que pudieran tenerlo) noción de pr

Fragmento para compartir de Gallito Ciego

XIX El río y la sedienta segunda parte. Él me miraba desde el sillón. Sus ojos tras las volutas de humo de su cigarrillo. Él me miraba y su mirada parecía lamerme. Sentía el recorrido de la misma sobre mi cuerpo. Con una calidez húmeda que me erizaba. Me contorneaba, pasaba mi mano lenta sobre mi piel mientras me sacaba las prendas. Una a una. Lamida por su mirada de hombre. Alfredo me hizo en silencio el gesto con su brazo derecho extendido hacia delante y su mano trazando un imaginario círculo en el aire. Comencé a darme vuelta de acuerdo a sus deseos. Me privaba de su mirada. Pero yo igual la sentía subiendo por mis muslos y deteniéndose en mis glúteos. A ellos lo que más les gusta es mi cola. Adoro que admiren mi cola. Luego sentí que subía por mi espalda se detenía en mis hombros y anidaba en mi nuca. Con mi mano derecha recogí mi cabello. Para sentirla en mi cuello. Mi corazón latía con fuerza y un rocío de sudor perló mi piel. El deseo como una caricia quemante subía por