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Mostrando entradas de septiembre, 2009

Fragmento para compartir

El Éxodo de los Oludos Los niños descalzos caminaban por la tierra abrasiva de las serranías, su piel salpicada de pústulas amarillentas, sus pies cubiertos de excoriaciones. Las viejas sucias y harapientas caminaban con la cabeza gacha , envueltas en sus ropas negras, de tanto en tanto rascaban su cabeza ,mata grasienta y pululante de piojos. Asían sus hatos con manos crispadas, las venas azuladas transparentándose en su piel de pergamino Los hombres, magros, sudorosos, con los ojos midriáticos del espanto cerraban la marcha, atreviéndose apenas a mirar hacia atrás. En el Este la gruesa columna de humo negro se elevaba al cielo. Villa La Ola terminaba de hundirse en las fauces del fuego que llegó del mar. Una marcha errante sin destino, una huída, diáspora de los aterrados que ingresaban en el olvido o la negación.

Fragmento para compartir Las Brumas del Destino

La caída. A lo lejos logró vislumbrar la salida, oscuras figuras aparecían y desaparecían. Marchándose hacia los confines de su campo visual. Palpó la rugosa superficie de la pared a su lado, tratando de buscar un punto de apoyo. Un puerto, aunque sea precario, en aquella tempestad de los sentidos. Logró avanzar unos pasos. Bruscamente el piso se levantó hacia él, golpeándolo en la frente y la nariz. Luego permaneció vertical como una pared impidiéndole continuar. Recordó el camino cubierto de hierbas que avanzaba entre hileras paralelas de viejos paraísos, con sus rugosos troncos , socavados, con secretas oquedades y cubiertos de protuberancias ,cómo cúpulas abolladas, que les daban una pátina de antigüedad, parecían impregnar el aire de misterios olvidados, de fuerzas que a través de ocultas puertas al pasado, retornaran del ayer. Manos lo asían por los hombros y trataban de tirarlo hacia atrás , él se aferraba como un gato, a la pared piso. La tarde de invierno era recorrida por rá