Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2011

La Morsa Entrada Final

Imagen
Espero que les haya gustado. Entrego la última parte. Abrazos La Morsa Entrada Final -No, yo estoy acostumbrado- dijo el otro mientras pedía otro vaso- a mí no me hace nada. Puedo tomarme una damajuana si quiero, que no me hace nada.-continuó.- Hace quince días salí de gira, como todas las semanas, todo bien, pero cuando volví Mariana me había cambiado la cerradura. No pude entrar. La verdad que me calenté, empecé a patearle la puerta, a gritarle y nada. Me prendí al timbre, cuando me di cuenta estaban todos los vecinos en las puertas mirándome. Pero yo seguí, a mi no me importa lo que dicen los demás, yo seguí, baje del auto la barra de   tiro y   le di a la puerta, a las ventanas a las paredes a todo. Mientras la llamaba a la hija de puta que saliera, que le iba a partir la cabeza en cuatro.- en este punto la morsa adquirió un expresión de ferocidad que terminó de convencer a los últimos parroquianos que quedaban de retirarse, en un momento se puso de pie y empezó a gesticular

Un Cuento para ustedes: La Morsa Cuarta Parte

La Morsa  Cuarta parte   La morsa se sacudió en un llanto desconsolado dobló el tronco hacia delante y comenzó a golpear la mesa con la frente. Nuevamente desee evaporarme en el aire, pero solo atiné a darle unas suaves palmadas en la espalda, mientras el amigo le decía algo al oído que no pude escuchar como consecuencia de sus estertorosos berridos.   Raúl, el mozo, se acercó, pensando que quizás Domínguez   había sufrido un colapso y debía llamar a la Emergencia. Lo calmé con un gesto silencioso y volvió a la barra dando en su camino explicaciones al oído de otros parroquianos que evidentemente le preguntaban por la escena que se estaba desarrollando en   nuestra mesa Lentamente Domínguez se incorporó, extrajo un pañuelo del bolsillo posterior de su pantalón , se secó las lágrimas y se sonó la nariz con estruendo.   Un matrimonio que se encontraba con sus dos hijos pequeños unas mesas a nuestra izquierda tuvieron que retirarse por el susto que los niños sufrieron ante lo visto,

Un cuento para ustedes: La Morsa Tercera Parte

La Morsa Tercera Parte - ¡No seas boludo! Que estás diciendo- estalló de pronto Bermúdez, perdiendo súbitamente la calma y el buen humor.  El resto de los parroquianos dirigió su mirada hacia nosotros, desee que Domínguez estuviera en lo cierto y yo fuera invisible. Traté de acurrucarme en la silla empequeñecerme lo más posible. Pero continuó con el encendido discurso que había comenzado. - Nunca pero nunca he escuchado semejante sarta de estupideces. ¡Vendiste la casa y listo! Para que la dejarías cerrada y vacía. Para que se llene de humedad, telarañas, ratones y se empiece a derrumbar por el abandono. No, loco, hiciste lo que tenías que hacer. ¡Ven-der-la!.  Punto a otra cosa. No podes hacer semejante drama por eso- terminó bajando el tono hasta suavizarlo como una suave brisa de verano. Las lágrimas de  la  morsa caían a raudales de sus ojos. Terminó su vaso de vino y elevándolo por el aire pidió otro, al mozo que ésta vez se apresuró a traerlo inmediatamente. Tuve la sensación

Un cuento para ustedes:La Morsa Segunda Parte

La Morsa (2º Parte) - Te escucho, si tenés ganas de contarme, te escucho. No te lo tomés así.   Simplemente no tenía idea   de que la cosa era tan grave.-contestó mientras miraba al mozo que había dejado nuevamente la bandeja en la barra y se había dirigido a atender otra mesa. - Me sentí tan mal, como te contaba, que después de despedirme de mi hermana que se volvía a Concepción del Uruguay, me fui al cementerio. Aunque no lo creas, al cementerio, me fui al panteoncito donde están los viejos. Y no sabés lo que me pasó. Mirá por eso me vine acá y no me volví a Paraná.- dijo mientras se ponía de pie para dirigirse al baño. Lo miré bambolearse entre las mesas, como un gigantesco muñeco de gelatina vestido con vaqueros y   camisa cuadriculada.   Miré a Bermúdez, que me respondió a su vez haciendo un gesto de sorpresa arqueando las cejas y abriendo sus párpados en forma   exagerada. -Ni enterado, que éste tenía tantos dramas sino no lo traigo para acá- me dijo- Palabra, loco, yo no sab

Un cuento para ustedes La Morsa Primera parte

Publicaré  en tres o cuatro entradas mi cuento La Morsa, tengo especial cariño por el pues fue lo primero que publiqué al quedar incluido en una antología. Luego lo integré en "Veinte Cuentos prescindibles" que forma parte del libro "Búsqueda Insensata". Espero les guste.   La Morsa          -Raúl   dame otro vino y un whisky para el amigo-dijo Domínguez   dirigiéndose al mozo y señalando a Bermúdez. -A mí   traéme un gintonic.-pedí a mi vez. -Yo no sé hijo de puta hace cuanto tiempo que no te veo.-dijo Bermúdez mirando sonriente a Domínguez. -Y por lo menos diez años, eso mismo estaba pensando hoy cuando te fui a buscar. Ocho o diez años por lo menos. Creo que la última vez que   te ví fue en Paraná , en el Jockey club, si mal no recuerdo. Fue aquel día del paro ¿te acordás?   Llegamos juntos y la reunión se había suspendido por una medida de fuerza del personal.-contestó – Pero tanta agua pasó bajo el puente, desde entonces que no te imaginás.-agregó cambian

Oliverio Girondo Poema 12

Poema 12 Se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan, se desnudan, se respiran, se acuestan, se olfatean, se penetran, se chupan, se demudan, se adormecen, se despiertan, se iluminan, se codician, se palpan, se fascinan, se mastican, se gustan, se babean, se confunden, se acoplan, se disgregan, se aletargan, fallecen, se reintegran, se distienden, se enarcan, se menean, se retuercen, se estiran, se caldean, se estrangulan, se aprietan se estremecen, se tantean, se juntan, desfallecen, se repelen, se enervan, se apetecen, se acometen, se enlazan, se entrechocan, se agazapan, se apresan, se dislocan, se perforan, se incrustan, se acribillan, se remachan, se injertan, se atornillan, se desmayan, reviven, resplandecen, se contemplan, se inflaman, se enloquecen, se derriten, se sueldan, se calcinan, se desgarran, se muerden, se asesinan, resucitan, se buscan, se refriegan, se rehuyen, se evaden, y se entregan.