Sonetos de Juan Manuel Alfaro.
Deseo compartir con ustedes dos Sonetos de Juan Manuel Alfaro de su libro Sonetos publicado por Editorial Comarca Paraná 2007 en coautoría con Julio Federik.
Sauce (Dedicado a Carlos Alberto Alvarez)
El Sauce, en su constancia evanescente,
más que un árbol parece aire cayendo,
y al descubrir que el río se va yendo
se deja estar en él, intimo afluente.
Dicha de ser la orilla y la corriente
y en reflejo cautivo estar fluyendo.
Saber envejecer reverdeciendo:
en tronco añoso, rama adolescente.
Sombra fluvial, oleaje en la ribera
y brisa vegetal vuelta madera
que en el quieto arenal mece su proa
y en secreto se va al irse el día;
pero sentir que es sauce todavía
la soledad le amarra una canoa.
El último
Hoy que me veo a pie y sin golondrinas,
pienso en aquel potrillo que trotaba
con ángel en el lomo y ensayaba
su primer vuelo en ala cristalina;
Pienso en el picaflor que a la glicina
el corazón azul le cortejaba,
y el oro fugaz que se volaba
en cada mariposa campesina.
Y al ver que por la edad pasan las nubes,
siento que el niño aquel me sube y sube
y no me suelta hasta dejarme en vuelo.
El niño aquel que supo de ondulares
y azul de ir y venir por los linares
a cada paso me va abriendo cielo.
Me gustan mucho los dos sonetos, como en el prólogo se dice parafraseando a Octavio Paz: "Un soneto no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico- estrofas, metros y rimas- ha sido tocado por la poesía" y "el poema no es una forma literaria, sino el punto de encuentro entre la poesía y el hombre". Espero los hayan disfrutado como yo lo hago cada vez que los leo.
Sauce (Dedicado a Carlos Alberto Alvarez)
El Sauce, en su constancia evanescente,
más que un árbol parece aire cayendo,
y al descubrir que el río se va yendo
se deja estar en él, intimo afluente.
Dicha de ser la orilla y la corriente
y en reflejo cautivo estar fluyendo.
Saber envejecer reverdeciendo:
en tronco añoso, rama adolescente.
Sombra fluvial, oleaje en la ribera
y brisa vegetal vuelta madera
que en el quieto arenal mece su proa
y en secreto se va al irse el día;
pero sentir que es sauce todavía
la soledad le amarra una canoa.
El último
Hoy que me veo a pie y sin golondrinas,
pienso en aquel potrillo que trotaba
con ángel en el lomo y ensayaba
su primer vuelo en ala cristalina;
Pienso en el picaflor que a la glicina
el corazón azul le cortejaba,
y el oro fugaz que se volaba
en cada mariposa campesina.
Y al ver que por la edad pasan las nubes,
siento que el niño aquel me sube y sube
y no me suelta hasta dejarme en vuelo.
El niño aquel que supo de ondulares
y azul de ir y venir por los linares
a cada paso me va abriendo cielo.
Me gustan mucho los dos sonetos, como en el prólogo se dice parafraseando a Octavio Paz: "Un soneto no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico- estrofas, metros y rimas- ha sido tocado por la poesía" y "el poema no es una forma literaria, sino el punto de encuentro entre la poesía y el hombre". Espero los hayan disfrutado como yo lo hago cada vez que los leo.
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