Los graves riesgos de autoritarismo en Argentina.

 El cesarismo, entiendo por tal la concentración del poder en una sola persona, líder u hombre pueblo, ha sido un riesgo reiterado en Argentina, sobre todo con gobiernos de derecha o conservadores populares como los de Perón o el Kirchnerismo. Ahora un nuevo postulante es el actual mandatario Javier Milei.

Votado por el 56% de los argentinos, está tomando las medidas que anunció en su campaña, por lo que se le debe reconocer la honestidad intelectual.

Supo capitalizar el desastre kirchnerista y el descreimiento  generalizado de la población en  la política, para aupado en un pertinaz campaña de los multimedios de derecha, hacer llegar su discurso soez e incendiario. Emergiendo como el adalid del antisistema, un alt right latinoamericano, sin pertenencia de nación, libre cambista extremo. Enemigo acérrimo del estado.  Este político de ultraderecha fue el elegido legítimamente por los argentinos y está haciendo lo que dijo.

No obstante, sin hacer ninguna valoración del fondo, pongamos la lupa en la forma.  Gobernar por DNU, sobre todo el mega decreto 70/2023,  es un pésimo antecedente. En primer lugar no se puede tener doble vara moral, si criticamos a Menem, Kirchner , Cristina Fernandez, Macri o Alberto por el uso y abuso de esta herramienta constitucional, no podemos avalar que la use el actual presidente.  En segundo lugar y más importante aceptar este Mega decreto habilita a que en el futuro otro haga lo mismo. En un ejercicio de imaginación supongamos que en  2027 la Argentina elige Presidente a Beliboni del Partido Obrero (lo eligió a Milei, no seria descabellado) este ultimo podría hacer lo mismo e instalar un estado troskista.

En la ley ómnibus, se propone una reforma electoral, que muy añorada por muchos conservadores vernáculos, elimina las representaciones de las minorías,  desnaturalizando la naturaleza de nuestra democracia representativa. 

Bajo la falacia de eliminar la "Lista Sábana" lo que se busca es eliminar la representación proporcional en la cámara de diputados, eliminando el Sistema D Hondt.  Y secundariamente aumentar en un 30 % el peso de la provincia de buenos aires en la cámara baja.

La legislación delegada solicitada por dos años con opción a  cuatro, es otro componente de la vocación autoritaria del presidente, y si bien es una atribución constitucional no están dados los requisitos para tal cosa.

Con estas pretensiones llama la atención que el presidente admire a Alberdi, acérrimo defensor de la división de poderes, quizás su verdadero ídolo sea Juan Manuel de Rosas, que exigió y obtuvo la suma del poder público, con los resultados que se conocen.


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