Milei: Kirchnerismo de mercado y desprecio por la república

 El mandatario argentino, es un cabal exponente de los populismos de ultraderecha que están en ascenso en el mundo actualmente. Nada tiene que envidiarle en el ejercicio autoritario del poder, a Orban, Bukele, Putin o al propio Trump y algún otro de los múltiples personalismos contemporáneos. 

Aupado en sus modestos éxitos macroeconómicos, cuya sustentabilidad permanece en la incertidumbre, a exacerbado el uso de la violencia política y su deliberado ejercicio del odio como elemento de división de la sociedad argentina.

Nótese que hablo de violencia y no de agresividad (que sería innato) porque se trata de un proceso socio cultural, siendo su ejercicio deliberado y  en la búsqueda de un fin. En este caso la supresión simbólica  o efectiva de todos aquellos que no obedezcan acríticamente, los designios del poder.

Tal como ocurrió en la década del noventa   y durante todo el kirchnerismo, la opinión pública argentina, prioriza las reales o ficticias bonanzas económicas sobre la institucionalidad.  No debería hacerlo, a la luz de lo que nos enseña la historia,  pero la realidad es esa.  Tampoco los argentinos somos muy exigentes en lo que se refiere a la honestidad de nuestros dirigentes. La corrupción es tolerada por la sociedad argentina, y hasta en algún aspecto vista como una oportunidad de ascenso social.

Los medios de comunicación, hoy por hoy al servicio del poder, con honrosas excepciones. Usan los actos de corrupción de acuerdo a sus intereses particulares. Difundiendo y magnificando algunos. Ocultando y justificando otros.  Solo dependerá de que lado de la grieta se está.  Aclaro, digo al servicio del poder, que en ocasiones coincide con el gobierno y en ocasiones no. Tampoco todo el poder es coincidente es sus intereses.

El gobierno hace gala de su capacidad de perseguir y denostar a los pocos periodistas  que se animan  a tener una mirada independiente .Que dan lugar a otras voces, que no son las del oficialismo. Su respeto por la libertad de prensa  esta tan ausente como su respeto por los derechos sociales..

El principal logro de esta administración : el superávit fiscal ( la inflación sigue en niveles de  2019-2020) se hizo a costa de los haberes previsionales, de la obra pública ,  de los ingresos de las provincias, de la educación y la salud pública.  Con un enorme deterioro en el poder adquisitivo de los salarios y de las clases medias.

Las provincias son las que proveen seguridad, justicia,  salud y educación a sus ciudadanos. Es poco lo que brinda el estado nacional al interior del país. Siendo sus economías expoliadas por el estado nacional. Solo en derechos de exportación se lleva un tercio de la riqueza del agro por ejemplo, que no es coparticipable


Por lo que el sacrificio de estos sectores , hizo posible la precaria estabilidad macroeconómica actual.

Mientras tanto los privilegios de los de los empresarios del Regimen de Tierra del fuego, o las Corporaciones Sindicales permanecen intactas. La "casta" en gran parte formando parte del gobierno y gozando de una salud envidiable. Sino los kueider, los Ritondo y tantos más sirven de ejemplo. Por las dudas a Uribarri no lo metió preso la justicia federal.

Todo esto esto es un llamado de atención, sobre el pobre apego del presidente a las instituciones, su afán hegemónico y su desprecio por la república.  Los mismos rasgos que tanto cuestioné  de Kirchnerismo. Ambos dividen la sociedad, ambos demonizan la oposicion, ambos pretenden controlar el poder judicial, ambos conciben el poder legislativo como una escribanía, ambos son opacos, muy poco transparentes, ambos pretenden eternizarse en el poder.  

El seños Milei, hablaba de reformas de primera, segunda y tercera generación, que llevarían treinta años. Al cabo de los cuales estaríamos preparados para vender niños y órganos.  Ahora Pilar Ramirez, incondicional de la  oscura hermana del presidente, nos comunica que ellos vienen para quedarse 50 años en el poder.  Como diría Cristina : " Ahora vamos por todos"

Yo no me dejo adjetivar, por el gobierno actual, como no lo hice con el kirchnerismo.

Pero aclaro, no soy comunista, no soy colectivista , ni socialista. Creo en la democracia, la república liberal con su división de poderes,  la libertad  económica ( con un marco normativo obviamente) la libertad civil,  la libertad  cultural y la libertad individual ( en el marco del contrato social) y la libertad politica. Desconfío de los Mesías,  de la democracia plebiscitaria, de los controles a la prensa,  desconfío del corporativismo, desconfío de los privados que quieren reemplazar al Estado, desconfío de Estado que se excede en sus funciones y agobia  a los privados.

Por eso deseo que la economía se encamine de una vez por todas.  Pero advierto sobre la evidente deriva autoritaria del actual gobierno argentino, emergente de un estado de hartazgo y desilusión de la sociedad


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