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Mostrando entradas de noviembre, 2025

Un cuento para ustedes. El viento.

  El viento. El viento norte me revienta la cabeza. El viento en general, pero el viento norte especialmente . Sentado acá en este banco de cemento, percibo como el viento penetra por mi piel, por mis poros, se arremolina en mis oídos y da vueltas en mi cabeza. La sangre empieza a hervir, a quemarme por dentro. Como una avispa dentro del cráneo.  Despertando una furia irracional. Soy un ser permeable, insuflado por el aliento del diablo. Esto no siempre ocurrió. Antes…que difícil es recordar el antes. Antes yo remontaba cometas con mis hijos, gozaba de bicicletear mientras la brisa me golpeaba el rostro, sonreía a mis semejantes. Pero eso quedó atrapado en un ayer difuso, que yo llamo: Antes… Antes terminó una noche, como cualquier noche. Sin preámbulos o premoniciones. Ni pitonisas, oráculos ni profecías. Simplemente ocurrió. El tiempo se partió en dos y el “Antes” comenzó a alejarse como un témpano desprendido del glaciar, hacia un océano embravecido. A la ...

A partir de La cartuja de parma.

 Días atrás leía una interpretación de la Cartuja de  Parma de Stendhal.  Buscaba yo en realidad el Waterloo de Fabricio del Dongo, el conflicto entre el idealismo adolescente y la realidad.  Pero me encontré con una reflexión sobre el placer. El intento de la prolongación del placer y su contraste con el deseo. El deseo como motor me llevó a pensar en los posibles de Sartre, la eterna e inútil búsqueda  para alcanzar la carencia, eso que nos falta para llegar a la perfección : para ser dios. Obviamente no todos los hombres tenemos ese deseo megalómano, pero el deseo nos mueve a avanzar. ¿El placer lo hace? O solo su búsqueda. " Cuan presto se va el placer, como después de acordado da dolor" no dice Jorge Manrique en Coplas para la muerte de su padre.  y  a su vez Horacio nos dice " Carpe diem quam minimum credula postero" ( aclaro no es mi espertiz el latin). Dos visiones en apariencia contrapuestas.  El placer como maximo valor.  O la virtu...

La reencarnación. El eterno retorno.

 José Gómez Fuentes fue, para algunos, la encarnación del formador de opinión, durante la última dictadura militar que finalizó en 1983.  Un comunicador que decidió convertirse en un militante, a mi juicio de  una causa perversa, un proselitista de las ideas del régimen militar y defensor a ultranza de sus actos. Fallecido hace más de treinta años.   Muchas religiones o filosofías creen en  la reencarnación.  Esto consiste en el hecho de que la esencia de alguien , su alma o como quiera llamarse, en la creencia dualista, se encarna en un nuevo cuerpo : se reencarna. Soy escéptico al respecto, pero una duda comenzó a corroer mi escepticismo.  Sospecho, con cierto grado de alarma, una reencarnación múltiple.  Aquél personaje mencionado antes, habría colonizado a un gran grupo de periodistas, que van progresivamente abandonando su oficio de informar y opinar críticamente, para transformarse en voceros de ciertos intereses  o en otros casos ...