El Populismo en Argentina

 

“Es más fácil para el mundo aceptar una simple mentira que una verdad compleja”  Alexis de Tocqueville

Los argentinos, somos como algunos amantes(el vocablo no tiene género por las dudas…algún susceptible)nos gusta que nos mientan, antes que enfrentarnos a verdades complejas, dolorosas o no. 

Interpreto muchas actitudes de nuestra sociedad como de característica infantil, baja tolerancia a la frustración, y búsqueda de protección, de un proveedor protector.( No creo que exista la verdad solo puntos de vista, interpretaciones )

Buscamos el líder mesiánico que decida por nosotros, que nos salve, el bañero que nos lleve hasta la orilla, sin aprender a nadar ni esforzarnos mucho en hacerlo. Y estamos dispuestos a creer, a adoptar la Fe del hombrepueblo que nos representa, interpreta y conduce hacia la tierra prometida

.Desde 1930 el populismo de uno y otro signo han gobernado nuestro país, manteniéndonos en esa eterna infancia de pueblo que deja su destino en manos de unos pocos supuestamente iluminados.  Con muy pocas excepciones, Frondizi, Illia , Alfonsin, Duhalde probablemente y algún otro que mi poca memoria olvida, trataron de romper esa dinámica y  fueron jaqueados por el poder militar, mediático  y económico.El populismo siempre  abrevó de las necesidades insatisfechas de la sociedad, adoptando esas demandas como propias, así fueran contradictorias.  El populismo desecha la lucha de clases de la izquierda clásica. Y crea otra contradicción, “nosotros” el pueblo y “ellos”  la casta, la oligarquía, la elite, el sistema y otros sinónimos de los que se ha valido a lo largo del tiempo para  crear en  los social dos campos antagónicos e irreconciliables.

Hoy, en 2023, recrudece esa caracterización de la política argentina. Una gran parte de la población cansada, enojada, harta de tantas frustraciones, descreyendo incluso de la democracia como sistema apto para satisfacer sus demandas, se ve representada por un Populismo de extrema derecha, que ofrece soluciones rápidas, fáciles, altisonantes.  Con  líderes desafiantes, confrontativos, irascibles. Un cóctel peligroso, pero que penetra fácilmente en una sociedad poco afecta a la reflexión, enferma de pensamiento mágico y que fue arrojada a la pobreza y la desesperanza por los últimos veinte  años de  gestiones económicas. 

Por otra parte el populismo que nos ha venido gobernando, continúa tomando decisiones irresponsables, echando más leña al fuego del descalabro económico. Eliminación de impuestos coparticipables,  sin su contrapartida en la reducción de gastos. Lo que acarreara mas inflación, beneficiando momentáneamente a los sectores de mayores ingresos, con la eliminación del gravamen, y perjudicando, con inflación, a los de menores ingresos.  Y  a las provincias por la reducción de la masa coparticipable. Un populismo capaz de festejar con movilizaciones de asociaciones gremiales la derogación de un impuesto (ganancias a la cuarta categoria) creado por el propio Perón en 1974!!  ¡Vaya paradoja!

¡Pero nos gusta que nos mientan! Nos es mas fácil aceptar una mentira sencilla, que nos incluya en un colectivo imaginario, a la sombra del hombre-mujer pueblo que lidera, como nuestro padre todo poderoso, a quien encomendamos nuestros sueños, nuestro futuro, nuestra vida en definitiva. 

Y así nos va,en nuestra eterna infancia,con el  50% de pobreza en un país con recursos para disminuirla a cifras compatibles con el mundo desarrollado.Los planes sociales solo consolidan y estructuran la exclusión, si se perpetúan. Pero eso implica, que abandonemos la infancia, que aprendamos a construir en el conflicto, a consensuar un país posible.  Eso implica nuestro compromiso y nuestro esfuerzo. No como aplaudidores, no como una masa informe que ovaciona al César, sino como ciudadanos libres, que con nuestro esfuerzo construyamos nuestro futuro en el disenso y la heterogeneidad, en la deliberación en definitiva, que es la verdadera naturaleza de la voluntad política de las naciones.

No escuchemos cantos de sirena, o si lo hacemos atémonos al mástil como Ulises, no busquemos regresar a pasados de gloria inexistentes, como esa mitica argentina potencia de los novencientos, que nunca existió. Pensemos más vale en las manos laboriosas y generosas de nuestros abuelos gringos y criollos, que regaron con su sudor y esfuerzo esta tierra y que la sembraron de esperanza. Quizás asi veremos el final de esta larga noche y veamos amanecer nuestro futuro común.

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